Si estamos acostumbrados a comprar cualquier producto vía Internet, ¿por qué no comprar medicamentos? Pues en Estados Unidos es posible con el programa de envío por correo o Mail Order. Consiste en vender y comercializar medicamentos bajo prescripción y otros productos farmacéuticos a través de la Red y enviarlos al cliente por correo. Muchas compañías aseguradoras y empresas ofrecen enviar los medicamentos prescritos a la casa del paciente para que no tengan que recogerlos en persona. A menudo se puede obtener un suministro de tres meses, noventa días, a un coste reducido. http://bit.ly/LoasYq.
Los farmacéuticos comunitarios en Nueva York están presionando a los legisladores estatales a aprobar una legislación que impida esta práctica del envío por correo con los pacientes que toman medicamentos para enfermedades crónicas. Los profesionales aseguran que las personas pueden visitar su farmacia local en estos supuestos. http://www.nytimes.com/2011/03/04/business/04drug.html?_r=1.
Craig M. Burridge, director ejecutivo de la Sociedad de Farmacéuticos del Estado de Nueva York, ha dicho: “Estamos pidiendo que hacer pedidos por correo sea una opción y no obligatorio. No nos oponemos a la venta por correo, como una posibilidad cómoda para los pacientes, pero en este momento, no tienen otra posibilidad”. Las grandes empresas que gestionan los programas de medicamentos recetados esgrimen que el envío por correo es atractivo porque es menos costoso, más conveniente, los programas están en mejores condiciones para convertir a un paciente a un medicamento genérico, más barato; y que los planes que ofrecen están mejor equipados para supervisar las prescripciones de un paciente. (esto que ya es difícil hacerlo con tus pacientes de a pie, no sé cómo se puede hacer si el paciente lo hace por correo…)
PharmacyChecker.com estima que existen entre 300 y 400 farmacias virtuales legítimas en EE.UU., Canadá y otros países que comercializan y venden sus productos en todo Estados Unidos. Dichas farmacias y sus filiales se encuentran habilitadas, aceptan órdenes de prescripciones virtuales y solicitan al cliente una prescripción médica válida. http://www.pharmacychecker.com/aboutop_espanol.asp
Pero, lo cierto, es que estas farmacias virtuales se pueden dividir en dos categorías fundamentales: las tradicionales y las llamadas de consulta remota. En las tradicionales solicitan que el paciente les suministre una prescripción original es decir, una prescripción que su médico le haya dado tras una evaluación presencial. Por el contrario, en las llamadas de consulta remota el cliente desea adquirir sus medicamentos de venta bajo prescripción sin tener que ir al médico para obtenerla. Existen farmacias virtuales, generalmente conocidas como farmacias de consultas virtuales, farmacias de consultas remotas o farmacias que elaboran prescripciones, que trabajan con médicos que revisan la historia clínica del paciente y luego redactan la prescripción que consideran adecuada. A menudo, esto se realiza con medicamentos conocidos como medicamentos «de estilo de vida» que no son adictivos y es poco probable que requieran de control médico.
Cada estado de Estados Unidos cuenta con diferentes leyes sobre lo que constituye una consulta médica válida entre doctor y paciente. Muchos estados no prohíben las consultas médicas remotas como base para prescribir, mientras que unos pocos estados sí las prohíben. Dos estados han aprobado leyes o garantizado de manera expresa permisos que avalan directamente las consultas médicas remotas. Una ley estatal del año 2009 de Hawai establece expresamente como legal que un doctor prescriba medicamentos no controlados en base a una consulta médica remota, siempre que la consulta se lleve a cabo en tiempo real, por ejemplo por teléfono o video conferencia. En el estado de UTAH se otorgó permiso expreso para que algunas compañías brinden consultas remotas para la prescripción de una cantidad limitada de medicamentos no controlados.
Los precios de las farmacias virtuales, que cuentan con el requisito de la prescripción tradicional, son, en general, más bajos que los de las farmacias virtuales que ofrecen o aceptan prescripciones basadas en consultas remotas. Todas las farmacias virtuales deben cumplir requisitos específicos para obtener la aprobación del Programa de Verificación PharmacyChecker.com y para publicar el sello PharmacyChecker.com en sus sitios Web.
Los beneficios del Mail Order serían precios más bajos, privacidad y anonimato a la hora de comprar ciertos medicamentos y ahorro de tiempo. Los riesgos son que algunas farmacias virtuales dispensan medicamentos no seguros, no protegen adecuadamente la información personal y financiera, no incluyen dirección física o número de teléfono para reclamar; cobran cargos adicionales al precio del medicamento por el envío, honorarios médicos; los precios, con ofertas, pueden variar rápidamente… Por eso es importante que estas farmacias virtuales estén verificadas.
De ahí que las farmacias de toda la vida merezcan una segunda oportunidad, http://bit.ly/LoasYq, porque la compra por Internet ahorra tiempo y dinero, quizás, pero el cliente se pierde hablar con el farmacéutico de su patología y que este pueda asesorarle en efectos secundarios o interacciones con otros fármacos. De todas formas, debido a que estas empresas de Mail Order han invertido en sofisticados sistemas informáticos para controlar todas las recetas, dicen que pueden intervenir cuando alguien está tomando medicamentos que interactúan.
Lo que no se puede pasar por alto es el valor añadido del ser humano y el toque personal que se logra al ser atendido en un mostrador. Además, muchas farmacias minoristas han respondido a la oferta por correo con programas de descuento.
Los farmacéuticos, por su parte, afirman que algunas personas, especialmente los ancianos que están tomando múltiples medicamentos, se benefician de ir a una oficina y tener a un farmacéutico que supervise sus recetas. Dicen que muchos clientes prefieren comprar en lugares donde tienen relaciones desde hace mucho tiempo con los farmacéuticos,http://www.nytimes.com/2011/03/04/business/04drug.html?_r=1.
Nos quedamos con la frase leída en el America’s Pharmacist: «Mail order drug spend in NY in excess of $5.8 billion annually·»