Las repercusiones de la presencia en Redes Sociales de los empleados durante la jornada laboral

Dos de cada tres usuarios de Internet posee algún perfil en una Red Social. Durante las horas de trabajo: interactúan, lo consultan y actualizan ¿o es una actividad de ocio? Los datos conocidos a través de Learnstuff.com ponen de manifiesto algo que tal vez como empresario no le va a gustar leer, pero que tiene que tener en consideración si quiere hacer algo al respecto en su empresa: «Uno de cada diez empleados están más tiempo en Internet que trabajando». Además, «casi la mitad de los empleados asegura que revisa sus perfiles a escondidas». Como persona que paga una nómina la primera cuestión que le habrá venido a la cabeza seguro que es ¿qué implica económicamente esta práctica para mi empresa? Pues un coste anual importante. Si los trabajadores, al interrumpir su actividad laboral para actualizar el perfil, tuitear o enviar mensajes tardan 20 minutos en retomarla esto «supone un coste anual a la empresa de más de 4.400 dólares», apunta el estudio.

El coste para la empresa y el descenso en la productividad ha conducido a muchas organizaciones a tomar una medida drástica, prohibir el acceso a las Redes Sociales en horas laborales. Una determinación que si no se explica adecuadamente no sabemos hasta qué punto es eficaz dado que los empleados disponen de sus propios dispositivos personales móviles y pueden ausentarse por ejemplo al servicio con más frecuencia de la estrictamente necesaria.

Por todo ello estamos convencidos que lo mejor es hablar del tema, dialogar en la empresa sobre el uso de las Redes. El problema con el que se pueden encontrar las organizaciones más restrictivas si no lo hacen, cuando no han fijado límites concretos, es que en el momento en el que traten desde el departamento Comercial o de Atención al Cliente que los empleados usen las Redes Sociales dado los beneficios que aportan es que el empleado se quede desconcertado. Las incógnitas que habría que responderles sobre Social Media serían, ¿Cuándo, con quién y para qué? Así, si todas estas cuestiones no están protocolarizadas en manuales o planes de acogida es recomendable que organice jornadas formativas para explicar las bondades de las Redes y los usos que usted quiere que tengan  como herramienta de trabajo en su organización. Si actualmente no se ha puesto a redactar, a concretar este  tema le puede servir de consuelo que forma parte de la gran mayoría, pero le recomendamos que sin prisa, pero sin pausa se ponga manos a la obra.

Eso sí esta tarea será vital, sobre todo,  si usted utiliza el Social Media en la estrategia de Comunicación de su organización porque no todas las  pymes lo hacen y lo que es más preocupante un 80% utilizan por ejemplo Facebook, pero la mitad dicen desconocer si les funciona.  Una empresa no puede estar presente en Redes Sociales por moda o porque está su competencia. Es necesaria una estrategia efectiva, análisis para corregir desvíos y monitorización. Es lógico querer vender, que exista conversión, pero antes los empresarios deben establecer una estrategia tal y como hacen con las acciones que implementan desde Marketing. Las Redes Sociales deben conocerse, planificar su utilización, definiendo el público objetivo al que se dirigen, y entonces aprovecharlas en su beneficio. 

Otro de los hándicaps es que aunque todas las empresas tienen claro que el objetivo principal que persiguen es la satisfacción del cliente sólo una de cada tres han definido indicadores específicos para evaluar la experiencia del cliente.

Seguramente que habrá descubierto que tiene mucho camino por recorrer para que no se pierda tiempo en consultas y acciones personales en Redes Sociales y se utilicen correctamente. Si es así no se demore en realizar los ajustes necesarios y tomar las decisiones necesarias porque el retorno para su empresa cuando se emplean estos canales correctamente es significativo.