Uno de los peores momentos de los padres (sobre todo primerizos) es cuando su bebé empieza a llorar y no saben por qué. ¿Tendrá hambre? ¿Tendrá frío? ¿Tendrá sueño? Y entonces, llega lo más «deseado» por esos progenitores: que todos los que estén a un radio de distancia de menos de 2 metros den su opinión: «son gases, dale un masajito», «es calor va muy tapado», «tiene hambre, ¿ya le alimenta la leche que le das?»,…
Para que esto no ocurra, hemos elaborado esta infografía, basada en un estudio elaborado por la Universidad de Murcia y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), tras estudiar el llanto de 20 bebés de entre 3 y 18 meses de edad, que creemos es muy práctica para compartir en vuestras redes sociales.